Beneficios y aplicaciones curativas de los aceites esenciales


Los aceites esenciales son, como su nombre indica, aceites que se extraen de alguna de las partes de una planta, ya sea el tallo, las raíces, las hojas o las propias semillas. Además de poseer una fragancia muy agradable, tienen propiedades muy beneficiosas para nuestra salud.

El uso de los aceites esenciales es muy común para crear ambientadores caseros, hacer aromaterapia o realizar masajes, sin embargo, sus aplicaciones pueden ir mucho más allá de estos ámbitos, gracias a los múltiples beneficios que cada uno de ellos es capaz de aportarnos. Sigue leyendo y descubre qué usos darle a cada uno de ellos y de qué forma podemos aplicarlos para tratar todo tipo de problemas:

Tipos de aceites esenciales y sus aplicaciones

Naranja dulce: Antimicrobiano y sedante.

Menta: Fresco, estimulante, energizante. Un gran aliado contra los gases. Perfecto para la época de más calor.

Orégano: Ideal para prevenir y curar infecciones. Además, es un poderoso regulador psíquico, por lo que es perfecto para combatir la tristeza y la depresión.

Limón: Gran poder depurativo y antiséptico, ideal para limpiar impurezas y eliminar toxinas.

Lavanda: Cicatrizante y relajante. Perfecto tanto para tratar las quemaduras e hidratar la piel, como para combatir el insomnio.

Bergamota: Nos ayuda a relajarnos y prevenir el insomnio.

Enebro: Un poderoso energizante y estimulante natural que nos ayuda a activar la circulación y tratar los problemas renales.

Arbol de té: Este aceite posee grandes propiedades antifúngicas y antibacterianas, por lo que es muy útil en el tratamiento contra el acné, eliminar los hongos de las uñas o prevenir y eliminar los hongos vaginales, entre otras muchas aplicaciones cutáneas y capilares.

Geranio: Refrescante, relajante y gran regenerador cutáneo, ideal para usar junto con nuestras cremas hidratantes habituales.


Angélica: Destaca por ser una gran ayuda contra el insomnio, la ansiedad y los gases. Contribuye además a mantener la sangre líquida y evitar coágulos.

Manzanilla: Digestiva, refrescante y calmante. Ideal para mejorar la digestión y combatir los párasitos intestinales.

Cómo usar los aceites esenciales

La forma más acertada de usar los aceites dependerá de lo que queramos combatir:

Uso tópico: Cuando queremos tratar un problema cutáneo, muscular o capilar, como los hongos, el acné o las quemaduras. Lee el envase para saber si debes aplicarlo directamente o mezclado con un aceite base (aceite de oliva o almendra).

Uso oral: Es la forma recomendada para tratar problemas internos, como mejorar la digestión, combatir los gases o usarlos como antibiótico natural. Es importante asegurarnos de que el aceite es ecológico y puede ingerirse (no todos se pueden tomar).

Masajes: Especialmente útil para tratar contracturas y relajar los músculos. Mézclalos con un poco de aceite de oliva, almendras o romero. Refrescante y muy relajante.

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