La intolerancia a la lactosa viene provocada por la falta o ausencia de la enzima lactasa en nuestro organismo, que es la encargada de metabolizar la lactosa de la leche. Esta incapacidad de nuestro cuerpo para asimilar la lactosa provoca la aparición de una serie de síntomas como las náuseas, la diarrea y/o el dolor abdominal.
Existen distintos tipos de intolerancia a la lactosa: la permanente, que es hereditaria, y la secundaria o adquirida, la cual suele ser temporal y es provocada por alguna afección gastrointestinal puntual o la ingesta de ciertos medicamentos.
Actualmente contamos en el mercado con muchos productos sin lactosa, el más reciente y extendido es la leche sin lactosa, mucho más digestiva y totalmente recomendada, aunque si tenemos posibilidad de comprar la de cabra, mucho mejor, es más ligera y más fácil de digerir por nuestro organismo.
En este artículo vamos a conocer unos consejos que nos ayudarán a equilibrar el déficit de calcio que pueden sufrir los intolerantes a la lactosa, y cómo mejorar el estilo de vida:
Cómo combatir la intolerancia a la lactosa
Calcio
No sólo la leche es fuente de calcio, tenemos muchos alimentos ricos en este mineral tan esencial, como las espinacas, la naranja, el brócoli o las sardinas.Vitamina D
Una de las fuentes de vitamina D más importantes que tenemos y de la que todos podemos disfrutar es el sol. Igualmente podemos complementar con la ingesta de alimentos como el atún, el salmón y la yema del huevo.Pequeñas porciones
Una manera de aumentar la tolerancia a la lactosa es añadir pequeñas porciones de productos lácteos en nuestra dieta, ya que en dosis reducidas, los síntomas también serán mucho menores.Un trocito de queso o un par de cucharadas de yogur puede ser un hábito que nos ayude a reducir la intolerancia.
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