Síntomas que nos alertan del cáncer de mama


El de mama es uno de los cánceres más frecuentes que afecta a millones de mujeres en todo el mundo. Aunque suele desarrollarse a partir de los cuarenta, conforme vamos cumpliendo años, van aumentando las posibilidades de sufrirlo, por lo que realizarnos análisis frecuentes a fin de detectarlo a tiempo es importante para aumentar las probabilidades de superarlo.

Conocer nuestro cuerpo es vital a fin de detectar posibles tumores, ya que en su fase más temprana, el cáncer de mama carece de síntomas, y cuando aparecen, éstos no suelen cursar con dolor.

El indicador común más repetido en el cáncer de mama es la aparición de un bulto, aunque antes de su aparición, el cáncer ya ha pasado por varias etapas, por lo que debemos tomar como referencia otros parámetros a fin de detectarlo a tiempo, algo que aprendemos hoy.

Según los expertos, existen distintos signos que pueden alertarnos de la presencia de cáncer de mama en su etapa más temprana, aunque estas señales no deben ser nunca tomadas como prueba exacta, ya que pueden ser indicativo de otros trastornos menos graves, como desórdenes hormonales o pequeños problemas de salud, por lo que acudir al médico es lo primero que debemos hacer para que él nos dé el verdadero diagnóstico y nos aclare cualquier duda al respecto.

Signos que pueden alertarnos de tumores

Dolor de espalda

Uno de los síntomas más comunes que aparecen durante la primera etapa de desarrollo del cáncer de mama es el dolor de espalda localizado entre los omóplatos o escápulas, un malestar que suele atribuirse o confundirse con dolor muscular.

Dolor, enrojecimiento o picor (picazón)

Es frecuente que durante la menstruación los senos estén más sensibles y doloridos que de costumbre, pero si este síntoma persiste días después del periodo, puede indicar algún problema más serio.

La hinchazón caliente al tacto, tener la piel escamosa o la aparición de pequeñas marcas azules sobre los senos pueden indicar también la presencia de tumores.

Dolor en la axila


Los ganglios linfáticos inflamados nos alertan de problemas en nuestro organismo. En el caso del cáncer de mama, los ganglios situados en la axila suelen ser los primeros en dar aviso de ello.

Cualquier molestia o inflamación que sintamos en la axila, debe ser examinada por un médico, ya que, aunque en la mayoría de los casos esta inflamación o excesiva sensibilidad se debe a otros motivos menos graves, es importante estar prevenidas.

Cambios en el pezón o secreciones esporádicas

Los pezones son otros de los indicadores más comunes que pueden alertarnos sobre la presencia de un tumor en el pecho. Si cambia su forma, textura, coloración, sensibilidad o empiezas a segregar líquido blanquecino o sanguinoliento, haz una visita al médico y que te realice un chequeo para descartar cualquier tipo de problema.

Cambios en la apariencia de los senos

Como comentaba al principio del artículo, conocer nuestro cuerpo es muy importante a fin de detectar cualquier enfermedad. Si notas cambios en la forma o apariciencia de tus senos, ya sea en uno o en ambos, es importante que se lo comuniques al médico.

Las organizaciones contra el cáncer recomiendan que al menos una vez por semana, te sientes delante del espejo y examines tus senos en profundidad, levantándolos incluso con la mano para comprobar que la piel debajo de ellos tampoco haya sufrido variaciones.


Todos estos síntomas pueden ayudarnos a detectar a tiempo un cáncer de mama, pero es importante mantener la calma y no asustarnos antes de una prueba médica definitiva, ya que en muchas ocasiones, estos síntomas no son sino la consecuencia de otras enfermedades menores.

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