Cómo limpiar y regenerar el hígado con ajo y miel

remedio depurativo para el hígado

La combinación de ajo y miel es uno de los remedios más eficaces para mejorar nuestra salud hepática; un poderoso antibiótico natural rico en minerales vitaminas antioxidantes que nos ayuda a regenerar las células hepáticas dañadas y limpiar el hígado en profundidad.

El hígado es uno de los órganos más importantes del organismo, por tanto es muy importante que lo mantengamos limpio y funcional ya que cualquier mal hábito como pueda ser el tabaquismo, la mala alimentación, el sedentarismo y el propio estrés puede mermar su funcionamiento y el del resto de órganos.

Seguramente que más de una vez te has levantado con el estómago hinchado, energías bajas, mal sabor de boca y conforme pasa el tiempo te das cuenta de que tus digestiones son pesadas; estos síntomas suelen indicar que nuestro hígado está intoxicado, por lo que no puede depurar nuestro organismo con normalidad. Llevar una dieta sana y equilibrada, evitar los alimentos grasos y procesados así como ayudarnos de remedios tan eficaces como éste de miel y ajo, nos ayudará a mantener un hígado más sano y funcional.

Beneficios de la miel

La miel es un poderoso antibiótico natural con propiedades antiinflamatorias, un ingrediente fundamental para la salud que nos ayuda a depurar el hígado, regenerar las células hepáticas y darnos energía.

Beneficios del ajo

Este pequeño ingrediente destaca por su gran poder antiséptico, antibacteriano y antiviral. Nos ayuda a reducir el colesterol, aligerar las digestiones y reforzar la salud hepática, entre otras muchas cosas.

Tratamiento de ajo y miel para limpiar el hígado

Para elaborar este sencillo remedio lo único que necesitaremos es una cabeza de ajos un recipiente de cristal y la miel necesaria para llenar ese tarro.

Cómo elaborarlo

Pela la cabeza de ajos y parte los por la mitad. Colócalos dentro del recipiente y añade la miel necesaria hasta cubrirlos. Cierra el frasco, caliento el baño María para quitar el aire que hay dentro y cerrarlo herméticamente, y déjalo macerar en un lugar seco y alejado de la luz del sol durante una semana completa.

Una vez haya pasado la semana, abre el tarro, tómate la primera cucharada en ayunas, vuelve a cerrarlo y guardarlo en el frigorífico. Toma una o dos cucharadas diarias cada día hasta terminar la mezcla.

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