Saber reconocer si un alimento es fresco o no puede parecer complicado, pero es más sencillo de lo que parece, además de muy necesario si queremos evitar gastar dinero en productos que ya no son aptos para el consumo.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiKI_121GeGOMwydH5GUCf0TA66-6K_PxzOXnP0z0SQuEpHcqm10X-aAUBFIQEs887QejrhyphenhyphenJAIJHc5NhAPNXJRpf2o3zsH8dU1GekDu38xC9W8tFvX4DBLacDJvwQn37goa1F3Kwpgl3oJ/s200/pollo.jpg)
Ya aprendimos en otro artículo anterior a reconocer si un pescado es fresco, y hoy le toca el turno a la carne más consumida del mundo, la de pollo. El color de la piel y el olor nos van a dar muchas pistas sobre su estado; no te pierdas el siguiente vídeo explicativo para aprender más sobre el asunto:
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Ya aprendimos en otro artículo anterior a reconocer si un pescado es fresco, y hoy le toca el turno a la carne más consumida del mundo, la de pollo. El color de la piel y el olor nos van a dar muchas pistas sobre su estado; no te pierdas el siguiente vídeo explicativo para aprender más sobre el asunto:
En colaboración con la Fundación Española del Corazón
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