El hipo no necesita presentación, todos lo conocemos de primera mano y seguro que lo hemos sufrido en más de una ocasión. Se presenta cuando el diafragma empieza a contraerse de manera espasmódica e intermitente, totalmente contraria a nuestro ritmo de respiración, lo que provoca que emitamos el famoso sonido del hipo y las molestias que suele causar.
En un artículo anterior ya dimos algunos remedios caseros para combatirlo, como mantener la respiración durante 10-15 segundos, realizar pequeñas inspiraciones a la vez que arqueamos la espalda hacia atrás o beber pequeños sorbos de agua. Hoy queremos añadir otra solución más a este problema, igualmente sencilla de realizar y bastante efectiva:
- Infusión de eneldo: Hervimos agua y unas semillas de eneldo (una cucharada grande). Dejamos reposar un minuto, colamos y nos la bebemos a pequeños sorbos.
Incluso podemos añadir un poco de tila a la infusión, para los nervios que suele producirnos el padecer un hipo persistente.
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